#CartaDeLectores. El respirador.
- Opinión Encolumnada
- 20 jun 2020
- 1 Min. de lectura

La ciudad fantasma estaba hiperpoblada. Mucha gente se preguntó por qué. Por qué esta ciudad tenía tantos habitantes. Por qué habían tantas ánimas rondando sin descanso. Esta ciudad da escalofríos. El espacio está terriblemente ocupado por las almas desveladas. Gravitan en cada esquina, en cada plaza.
¿Qué hacer entonces? Pues resistir escondidos. Esperar pensando, rezando, comiendo y viviendo artificialmente. Salir implica mover el aire quieto, en desuso, levantar polvo. Implica hacer lío. En esperanza de algo más grande, nadie en esta ciudad desea hacer lío.
Pero ella salió. Con calzado en sus pies, tanteó la entrada de su casa. Miró la vereda, por unos largos minutos, deseando que alguna de las ánimas la frenara. Que alguien le dijera no. Que le sacaran su posibilidad de decidir.
Equipada y llena de dudas, saltó a la vereda. Aterrizó torpemente sobre las baldosas blancas. Un mareo la inundó, su mirada se oscureció y empezó a ver manchas negras.
Lentamente, pies plantados en el suelo de la ciudad, se reincorpora. Recupera la estabilidad y el instinto. Postura firme, cabeza en alto. Inhala y exhala. El aire pasa por sus pulmones constantemente, sin pausas ni escalas.
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@luchigrane 20/6/2020.
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