#ViernesDeLibros. 1984.
- Opinión Encolumnada
- 6 jun 2020
- 2 Min. de lectura

Escrito por George Orwell, esta obra distopica sitúa su acción en un mundo futuro dominado por un Estado totalitario. Este estado, formado por los miembros del Partido y representado por la omnipresente figura del Gran Hermano, ejerce un manejo y una vigilancia masiva sobre la sociedad.
Todo lo ve, todo lo escucha y todo lo controla. Para el Partido, la guerra es la paz, la libertad es la esclavitud y la ignorancia es la fuerza.
Si bien la principal imagen del Partido es el Gran Hermano, el poder y la manipulación son ejercidos por sus cuatro ministerios;
· El Ministerio del Amor, que se castiga, tortura y reeduca a los miembros del Partido inculcando un amor férreo por el Gran Hermano y sus ideologías.
· El Ministerio de la Paz, que se encarga de asuntos relacionados con la guerra y su continuidad.
· El Ministerio de la Abundancia que se encarga de conseguir que la gente viva siempre al borde de la hambruna, pero que viva.
· El Ministerio de la Verdad que manipula o destruye los documentos históricos de todo tipo, para conseguir que las evidencias del pasado coincidan con la versión de la historia del Partido.
Quien controla el pasado controla el futuro. Quien controla el presente controla el pasado.
Este último es el creador de la neolengua, que es el único idioma permitido en dicha sociedad. Todas las palabras en relación a la libertad y el amor desaparecen o se cambia su significado, de manera que con el tiempo sean conceptos olvidados y lejanos. Su finalidad es limitar el alcance del pensamiento, ya que lo que no forma parte de la lengua, no puede ser pensado.
Nada era del individuo, salvo unos cuantos centímetros cúbicos dentro de su cráneo. Todo el resto pertenecía al Partido. Sus palabras, sus hechos y sus pensamientos.
En este contexto, aparece el personaje principal, Winston Smith, que Tras años de haber estado en el Ministerio de la Verdad, empieza a ver la realidad en la que vivía. Con observación y mucha precaución, para evitar ser descubierto por la Policía del Pensamiento, Winston intenta cambiar esa sociedad y descubrir la verdad oculta.
Si bien todo parece ir encaminado, al descubrir ciertos documentos históricos reales y formar cierta resistencia, Winston es descubierto por la Policía de Pensamiento y torturado por el Ministerio del Amor. Winston acaba, tras largos e inhumanos meses, aceptando interiormente que la verdad es lo que el partido dice y no lo que su intelecto deduzca, o ni siquiera lo que sus sentidos perciban, aunque lo que se discuta es si 2+2 =5. Si el partido lo dice, es la verdad.
Lamentablemente esta obra de 1949 fue utilizada mas como un manual de instrucciones que como una precaución. Este mundo, que aparentaba estar lejano en el futuro, cada vez muestra más similitudes con los gobiernos actuales y la sociedad en la que vivimos, dominada por la vigilancia, la falta de libertad y la manipulación de la verdad.
Vivimos en un mundo donde los culpables están libres y los inocentes encerrados, donde la Camara de senadores está dirigido por alguien con incontables causas, donde el Estado dice que la cuarentena debe seguir y el que diga lo contrario es un asesino y antipatria. Lamentablemente no estamos tan lejos de este mundo orwelliano. Ojala estar equivocado.
B.P 5/6/2020
コメント