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#LunesPolítico Alpargatas sí, libros no. El resultado florece 75 años después.

Actualizado: 5 may 2020



Si existiese un ranking donde haya un podio de los 3 países ideológicamente más polarizados, no tengo dudas de que Argentina lo integraría.


The Economist, el diario londinense, hace unos días afirmó que Argentina es uno de los 10 países con mayor peligro financiero en el mundo. Dentro de esta nómina están Venezuela (el peor), Líbano, Zambia, Mongolia y Omán, entre otros.


Esto me lleva a concluir una idea que va más allá de lo económico. Puede ser absurdo lo que vengo a proponer, pero es –a mi entender- la causa por la que estamos así.


Lejos de cualquier bandera política y sin querer tirar piedras a nadie, desde hace bastante tiempo vengo elaborando esta idea que desde mi punto de vista le ha provocado demasiado daño a nuestro país.


El malestar general argentino se basa en las políticas cortoplacistas que han aplicado nuestros gobernantes desde hace ya bastante tiempo.

¿Por qué hicieron esto a lo largo de su gobierno? Porque proyectar el corto plazo en este país genera un voto fácil.


En este país cada dos años se vota, presidenciales o legislativas. Supongamos entonces, por ejemplo, el caso de cualquier mandatario que asuma como presidente hoy. Lo que ocurrirá –lamentablemente- será obvio; buscará el voto para dentro dos años, ¿y cómo hará eso? Tomando medidas que abarquen el hoy, no el mañana.


Tapará el pozo del puente de madera, en vez de darle una estructura sólida de hierro (por ejemplo). ¿Y, por qué esto? Por el simple hecho de que tapar el pozo lleva 3 meses, en cambio construir el puente de nuevo, 3 años.


Los políticos pecan de cortoplacistas porque no tienen otra forma de perpetuarse en el poder. Lo cual es entendible en un país como este. Necesitan el voto popular, de las clases bajas; que representan a una gran mayoría en este país.


Además del voto de la gente, otra gran causa de que ocurra esto corre desde la reforma constitucional del 1994, en el que se pasó a votar presidentes de 6 a 4 años. Gran error. No permite una proyección a un mediano plazo. Es imposible generar estructuras sólidas en un país en el que cada 4 años cambia drásticamente su rumbo y mientras tanto, la oposición, juega un papel irritable y molesto.


Mientras se gastan horas y horas discutiendo de la ridícula liberación de los presos; discutiendo si hablar con lenguaje inclusivo o no; discutiendo si se agrega un impuesto más en el país con más cargas impositivas del mundo a las empresas (106%), Argentina forma parte de las economías más riesgosas del mundo; es de los países con más inflación del mundo y tiene casi el 50% de la población en situación de pobreza.


Entonces, ¿por qué no hablamos de lo que realmente importa?, ¿por qué no usamos la coherencia?, ¿por qué los políticos no dejan de agigantar el gasto en el estado mientras estamos por entrar en el noveno default de nuestra historia?


¿Por qué no hacemos las cosas que verdaderamente hay que hacer? Porque llevarán su tiempo; no se resolverán ni en 5 ni 10 años. Hay que arrancar por hoy, paso a paso. Estos problemas se podrán resolver definitivamente dentro de 15/20 años.

Los políticos deben ser conscientes de que no podrán ver durante su mandato el resultado de las medidas tomadas.


Perpetuarse en el poder resulta adictivo, está estudiado. ¿Por qué no lo hacen para bien del país? En vez de generar maniobras que generan el voto fácil, pero de trasfondo totalmente vacías.

La famosa frase de los manifestantes Peronistas en 1945 “Alpargatas sí, libros no” resume perfectamente lo que somos hoy en día en nuestro país.


Las “alpargatas” reflejan los excesivos planes sociales, la cantidad de bienes otorgadas por el estado a la gente que dio por resultado una adicción que no tiene cura.


“Libros no” demuestra que la ignorancia del pueblo le sirve al político, porque significa que su pueblo es más manipulable. Esto no es opinión mía, sino que queda demostrado en los desastrosos resultados de las pruebas internacionales Pisa, que ubican a la Argentina en bajas posiciones respecto al resto, en la que alumnos de secundario no son capaces de comprender textos.


Yéndome por las ramas, quise dar mis argumentos de por qué aún teniendo democracia no se han solucionado grandes problemas en este país y, varios, han empeorado.


Finalmente, propongo más tiempo en el poder al oficialismo de turno por dos motivos:

1- Al final del mandato, si tuvo malos resultados, no podrá llorar la herencia que le dejó el gobierno anterior.

2- Tendrá más tiempo para darle cierta identidad a un país que carece de ésta y podrá tomar medidas hacia un mediano/largo plazo.


¿Y si de una buena vez los políticos definen su identidad gubernamental y la llevan a cabo? ¿Y si de una buena vez el pueblo argentino se une con quien quiera verdaderamente salir adelante? ¿Y si de una buena vez dejamos las exquisiteces de lado?


Juro que le veo salida a este país; pero también juro que implicará sangre, sudor y lágrimas.

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