#Música The Show Must Go On.
- Opinión Encolumnada
- 24 jun 2020
- 2 Min. de lectura

Pink Floyd y Queen son de las bandas más importantes en la historia del rock, tienen muchas cosas en común: una búsqueda constante de sonidos nuevos, pasión y sentido de la ubicación en cada nota o acorde, voces que emergen del interior de sus respectivos cantantes, instrumentos que generan ambientes. Además, dentro de sus amplios repertorios, coinciden en que tienen una canción con este nombre: “The Show Must Go On” o “El espectáculo debe continuar”
En 1979 Pink Floyd lanzaba “The Wall” uno de sus discos más exitosos, dentro del mismo encontramos esta canción. Si la escuchamos por separado quizás nos parezca irrelevante, simple, corta así como el capítulo de la mosca para aquellos que haya visto Breaking Bad. Pero para aquellos que escuchamos el disco entero entendemos que esta pieza es clave para la idea principal del disco.
Viene después del intento de suicidio del personaje en la canción “Comfortably Numb” y es el puntapié inicial para las alucinaciones que tiene en la segunda parte del disco.
Al comienzo propone unos coros alegres, felices, ingenuos y el ambiente es tranquilo, pero a medida que avanza se pone cada vez más oscura y genera incomodidad en el oyente, los coros se vuelven “tétricos” cantando “Let me go, let me go” pero luego vuelve todo a la tranquilidad inicial con la frase “The Show Must Go On”.
Quiere decir que por más que siga encerrándose dentro de su pared con todos los traumas que relata a lo largo del disco, debe continuar con su vida sin mostrar ese encierro personal.
En 1991 Queen sorprendía por última vez más con el disco “Innuendo” (que personalmente me parece el disco más espectacular de la banda británica), dentro del mismo encontramos esta canción. Si no te emocionaste con esta canción hay dos opciones: 1- No la escuchaste (ANDÁ A ESCUCHARLA) 2- Sos un gil.
Son cuatro minutos y medio épicos, comienza tirando toda la leña al fuego con unos sintetizadores potentísimos, un riff inconfundible con muchísima presencia, una línea de bajo sorprendente y claro la voz del enorme Freddie que ya estaba en las últimas (aunque en esta canción no lo hace notar). Es una canción que no te da respiro, es frenética, te pone la piel de gallina en todo momento, más aun si conocemos la historia detrás; cuenta la situación de Mercury que se estaba muriendo de a poco, él era consciente de esto pero igualmente se maquillaba y salía a darlo todo en el escenario con el grito de “THE SHOW MUST GO ON”
Si bien las dos canciones “tocayas” tienen una importancia distinta en estos increíbles discos, el mensaje es el mismo: el espectáculo DEBE continuar. Es fuertísimo ya que eleva al show a una magnitud divina a la cual se le debe rendir culto.
Sin importar la situación en la que este el intérprete, el espectáculo es sagrado, nada es más que “él” por lo tanto si estas feliz, triste, angustiado, vacío tenes que salir a la vida; tengas ladrillos en tu pared o no, te estés muriendo o no.
El poder de este mensaje reside en la imagen del artista que se subleva al show, que ofrece su vida al arte, porque el espectáculo DEBE CONTINUAR.
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Gonzalo Failoni. 24/6/2020.
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